BYPASS GÁSTRICO
Adriana Comparte su Testimonio
Mi Bypass Gástrico no fue un proceso fácil pero si uno muy satisfactorio»
Mi Bypass Gástrico, esta es mi historia…
Un día, después de una serie de días de enojo, vergüenza y depresión, me levante preguntándome si en verdad no existía nada que yo pudiera hacer para dejar de ser gorda.
En una de mis depresiones anteriores, una muy querida amiga había tenido a bien llevarme una serie de folletos sobre Bypass Gástrico y Manga Gástrica que provenían del Centro para la obesidad.
Que exageración, yo era gordita, si acaso gordibuena como decían mis amigos hombres por no ofenderme…
Los folletos, los había guardado mi subconsciente, consolándose en que yo no requería una solución tan drástica como una cirugía bariátrica.
Lo mío era cosa de cerrar la boca, de retomar el ejercicio, de dejar la angustia y disciplinarme… nada más…
En ese intento llevaba ya un par de años, comprando brócoli y caminando tan rápido como me fuera posible.
20 años atrás había sido una deportista disciplinada, 16 kilómetros de carrera al día eran mi fuente de inspiración. Lo había hecho antes, seguro podría hacerlo ahora.
No obstante me embargaba la tristeza y la impotencia ya que siendo aún una mujer joven, no podía moverme porque el peso me lastimaba la espalda y las rodillas.
Es culpa de mi asma, pensaba, como moverme así, si cada vez se vuelve mas severa
Me excusaba con todo lo que pudiera explicar aquel estado de ineptitud que cada vez, mas frecuencia, me acompañaba durante días, semanas y meses.
Era ya como estar sin vida, como ver que la vida pasaba y no podía disfrutar de estar aún en ella.
Con solo 44 años y 112 kilos de peso, luchaba entre resignarme a que estaba envejeciendo y que todo esto era parte del proceso natural de la vida.
La otra alternativa, era volver a empezar mi proyecto de vida.
Haciendo lo que tuviera que hacer para lograr una vida saludable que incluyera la posibilidad de nadar con mi hijo en una alberca y de caminar por la playa a su lado sin agredirme a mi misma por hacerlo sintiendo vergüenza, malestar y enojo.
Algo pasa en mi cuerpo!
No es normal que comiendo tantas verduras y pescado, que estando siempre al pendiente de mi comida, siga subiendo de peso.
Así empezó mi peregrinar por los consultorios médicos.
He de encontrar lo que le pasa a mi cuerpo, era una decisión determinante.
Una tarde, cuando llegó el momento de visitar a la endocrinóloga, todo cambio para mi.
A partir de ese momento comencé a darle a mi situación una importancia que no le había conferido antes.
Seguro me dirá que es la tiroides, solo eso puede explicar que yo haya alcanzado este tamaño y que me sienta tan mal.
Eso pensaba al escucharla darme la bienvenida e invitarme a tomar asiento.
Sentía el nervio y a la vez el alivio de encontrar por fin la causa de aquel descomunal sobrepeso, cuando escuche mi realidad.
Estaba en un grado de obesidad mórbida, me explico que no había daño alguno en mi tiroides, todo estaba normal y solo había un indicador de hipoglucemia que explicaba los picos de ansiedad que de pronto me sorprendían haciéndome recurrir al dulce y las harinas.
Me hizo ver que estaba a un paso de desencadenar la diabetes e hipertensión, estaba mas expuesta a un infarto y mi salud general estaba en riesgo de deteriorase, situación que no tenía razón de estar ocurriendo por mi edad.
La obesidad que presentaba estaba poniendo en riesgo mi vida, así que me recomendó una importante reducción de peso y buscar ayuda profesional porque necesitaba de mucho apoyo para lograrlo.
Recuerdo que su veredicto para mi fue casi como una sentencia de muerte, así mismo me sentí.
Pensaba, pero si mi hijo tiene solo ocho años, no puedo ni quiero morirme ahora!
Después de 24 horas de llanto y lamentos, encontré los folletos de la clínica de la obesidad y llame para hacer una cita.
Recuerdo que cuando llegue me sentí como camuflajeada, llevaba mascada, lentes, todo lo que pudiera evitar que alguien me fuera a reconocer en aquel lugar para gordos.
La realidad es que no todos los pacientes de la sala de espera eran de mi tamaño, así que me relaje pensando en que nadie sabría a donde y porque motivo me encontraba yo ahí.
Guarde mi mascada, me quite los lentes y me dispuse a esperar a mi médico.
La atención que recibí de mi cirujana la Dra. Adriana fue muy cálida, clara y franca.
Me dejó saber que la operación del Bypass Gástrico era una herramienta muy poderosa para la reducción de peso, pero que finalmente no era una varita mágica y que también se requería de mucha voluntad y disciplina de mi parte.
Todo aquello de seguir las indicaciones médicas me parecía justo con tal de hacer realidad mi deseo de recuperar la salud, de volver a caminar normalmente, de saltar a la alberca con mi pequeño tantas veces como me lo pidiera, de sentirme una mujer normal y respirar como el común de las personas.
Tomar la decisión de realizarme un Bypass Gástrico no fue un paso sencillo.
La doctora me dejo en libertad de consultar las opiniones médicas que considerara necesario.
Me aclaro que un proceso de reducción de peso requiere mucho apoyo, es un proceso en el que se revisan los sentimientos, las experiencias, la vida misma del paciente, en el que se identifican los elementos que te auto sabotean en tu proceso rumbo a la meta.
Yo llegue a mi primera consulta en el mes de octubre de 2011, mes y medio después, tomé la decisión.
Para el 15 de diciembre de ese año me encontraba ingresando al quirófano.
Afortunadamente coloque mi vida en las manos de una joven pero experimentada cirujana, cuya franqueza, claridad, seriedad y acompañamiento me bastaron para decidir.
Recuerdo que lo último que le dije antes de que me llevaran al quirófano fue «te encargo mi vida completita, no me quiero morir» ella solo sonrió y me dijo, nos vemos cuando despiertes ok? todo va a estar bien.
Así ha sido desde entonces, todo ha estado como me lo aseguraro.
Hoy, después de la operación de Bypass Gástrico, después del seguimiento y acompañamiento del equipo de la clínica, de mis dolorosas sesiones con psicología, de las revisiones a mi dieta por nutrición, del seguimiento para constatar que el proceso de pérdida de peso no haya afectado mi salud en general, SOLO PUEDO DECIR QUE VOLVÍ A NACER.
EL TRABAJO DEL EQUIPO DE MÉDICOS LO HIZO POSIBLE, Y MI AGRADECIMIENTO ES INFINITO PARA MI CIRUJANA Y SU ABSOLUTA PACIENCIA POR MI CASO.
Todos los especialistas involucrados en mi tratamiento me han dejado siempre en libertad.
Mi psicóloga ha sido algo severa, me ha hecho ver cosas que era necesario modificar para permitirme lograr mis objetivos.
No ha sido un proceso simple, pero si uno MUY SATISFACTORIO.
Te comparto mi experiencia esperando te aporte los elementos que necesitas para empoderarte y tomar tu decisión, si estas considerando una cirugía de bariátrica (Manga ó Bypass Gástrico).
El temor es normal, las dificultades que puedas encontrar son menores, comparadas con la realidad de sentirte sana, de sentirte bien, de volver a sonreír y de volver a hacer cosas que dejaste de hacer por tu sobrepeso.
Mi decisión inicio por mi salud pero hoy puedo decirte que alivio hasta mi vanidad.
Hoy me pongo lo que quiero, la ropa que me gusta, voy a donde quiero.
Volví a correr, mi asma es muy relativa, no me duele nada y solo puedo recomendarte que te acerques a los expertos y que te dejes guiar, pero también que pongas de tu parte haciendo todo lo que tienes que hacer por complicado que pueda parecer en un principio.
Mucho éxito en tu proceso y te comparto algunas fotografías de como soy hoy, solo incluyo la foto del día que salí del hospital, para que puedas comparar la diferencia.
De esos 112 kilos, solo quedan 72, con una disciplina que disfruto, con ropa 4 tallas menos y también he de decirlo, con algunos admiradores que no estaban antes.
Mucho éxito para ti también!
ADRIANA
BYPASS GÁSTRICO -40 KILOS
AV. UNIVERSIDAD | CONSULTORIO #4050
COLONIA XOCO | BENITO JUÁREZ
CIUDAD DE MÉXICO